El Equipo Psige asistió a una conferencia sobre TDAH en la que aprendimos de la mano de una eminencia en esta materia, el Doctor Barkley, algo más que información clínica. Nos dio los 14 principios que todo adulto que trata con un niño con este trastorno, sobre todo los padres, deben conocer y aplicar para que el día a día sea más positivo para todos. Esta no fue su primera ponencia del día, pero es la que más nos gustó dado la practicidad del contenido, pensamos que es necesario hacer circular esta información. Si conoces a alguien que le pueda interesar, ya sea un profesional o familiar, ¡no dudes en compartirlo! Esperamos que os guste, aunque seguramente no os parecerá lo mismo que verlo en directo de boca del autor de dichos principios.
1. Comprensión del TDAH
Es necesario conocer en qué consiste el trastorno para llegar a una mejor comprensión del comportamiento del niño en cuestión. El TDAH no es un trastorno atencional, sino un trastorno de las funciones ejecutivas que se caracteriza por una serie de manifestaciones entre las que se encuentra el déficit de atención: déficit de autorregulación, hiperactividad, dificultades de aprendizaje, dificultades en las habilidades sociales… sin necesidad de que se den todos a la vez.
2. Padres pastores de niños con discapacidad que no se puede rediseñar.
Hay padres que piensan que pueden diseñar niños perfectos, no aceptan que su hijo ha nacido con un cerebro que funciona de forma distinta, y que necesita determinadas adaptaciones para organizarse, planificar, centrarse… En ocasiones creen que protegen al niño (sobreprotegen) y en realidad le quitan libertad.
3. Usa la clave adecuada.
Brindarles apoyo incondicional. Hay que valorar su talento, sus aptitudes, incluyendo las no tradicionales, como la música, el dibujo, el deporte… No sólo resaltar aquello en lo que se equivoca.
4. Se les va el tiempo
Su reloj interno no funciona, y es un factor muy discapacitante. Hay que ver el tiempo como un río (preparación-durante-consecuencia) y hacer un puente. Es muy beneficioso para ellos externalizar el tiempo para convertirlo en un elemento visual: se puede utilizar temporizadores, horarios, planificadores…
5. Entrenar la memoria.
No pueden mantener la información en la memoria operativa (MO). No hay conexión entre procesamiento y almacenaje. La MO es como un GPS que guía hacia los objetivos, pero en el TDAH, no existe, por lo que para ayudarles podemos externalizar también la memoria con post-it, dibujos, diagramas con pasos… Además en cuanto a uso de habilidades, no hay conexión entre habilidades aprendidas.
6. Uso de refuerzos antes que castigos.
Les motiva la recompensa exterior, no tienen motivación interna, por lo que hay que presentar algo exterior para que hagan el trabajo. Es importante llegar a acuerdos, y recomendable llevar una rutina física, beber líquidos azucarados (té, zumos, aquarius…) y meditación.
7. Organización.
Hay que hacerlo por ellos. Se pueden utilizar cajas, carpetas, grapadoras para papeles sueltos… organizarles el trabajo para que les sea más fácil y tengan menos distracción.
8. Solución de problemas de manera física y no mental.
Al igual que el tiempo y la memoria, se recomienda externalizar los conceptos y trabajarlo de manera visual y manipulativa: aritmética con canicas u otros objetos, por ejemplo. Si tiene problemas de escritura, se puede utilizar tarjetas.
9. Hablar menos, tocar más.
Decir las cosas de forma breve, dulce y sencilla, y después hacerle repetir para comprobar que ha atendido y lo ha entendido. El contacto debe ser visual y físico, hablando poco y cerca.
10. Ser proactivo, no reactivo.
No hay que esperar a que ocurra un problema, se debe pensar antes de la actividad que se va a hacer. Y a la hora de hacerlo, se repasan la normas con el niño, le damos algo que pueda manipular y un reforzador al final.
11. Más responsabilidad.
Darle responsabilidades y hacerle una evaluación (con puntuación, si procede) de la conducta para hacer un seguimiento a distancia.
12. Priorizar.
En ocasiones damos muchas instrucciones y ponemos muchas normas. Hay que priorizar y flexibilizar. Barkley nos hacía una broma sobre la limpieza: no es tan importante la limpieza diaria, se puede dejar para el sábado.
13. Recordar que es un trastorno.
No es un estilo ni una elección, no se puede hacer culpable al niño de su comportamiento. Hay que dejar las adaptaciones para siempre (es como las rampas para la discapacidad física). Se necesita comprensión y entendimiento: el cerebro funciona de forma diferente, y tener en cuenta el retraso madurativo de 2-3 años respecto a otros niños de su edad. Hay que reorganizar el entorno y las expectativas para actividades como jugar, estudiar, planificar… si tiene 10 años, pensar que tiene 7-8.
14. Practicar el perdón.
Tendremos que perdonar a varias personas:
1. A ti como padre: te equivocarás. Hay que saber afrontar el problema.
2. A los demás: te juzgarán por los actos del niño.
3. Al niño: se equivocará, te frustrarás y te culpabilizarás.
Recomendación: recuerda cuando hace algo positivo, haz una foto del momento. Por otro lado, escribe los errores y quémalos.
Hasta aquí los 14 consejos de Barkley para un mejor entendimiento y relación de nuestro hijo, alumno, compañero, conocido con TDAH. Me gustaría añadir al principio 13 el no etiquetar al niño o niña de perezosos, vagos o tontos porque realmente lo que les pasa es que les cuesta organizarse, planear las actividades y prever consecuencias. La falta de memoria operativa puede hacer que no tengan en cuenta detalles que pueden parecer obvios y tomarlo como una conducta de dejadez. Además son niños con baja autoestima porque saben que algo es diferente a lo que la gente espera de ellos, y si les apelamos con dichas palabras, podría corroborar su autoconcepto, y lo que tenemos que hacer es darles herramientas y estrategias para llegar a superar sus dificultades.
Además también quería destacar la necesidad y deseo de algunas familias de que la terapia e intervención psicopedagógica “cure” el TDAH, y posibles dificultades y comportamientos asociados, pero la realidad es que el trastorno se genera porque su cerebro se ha desarrollado de una manera diferente, y hay un sustrato biológico que está ahí. En la intervención proporcionamos aquellas herramientas y estrategias para potenciar habilidades: atención, memoria, organización, planificación, autocontrol, relajación…
Por último, resaltar que no es un estado transitorio de la infancia que pasará con la edad, un niño con TDAH será un adulto con TDAH, muy desconocido entre los profesionales. Si quieres ver la descripción de las características, no te pierdas el artículo de mi compañera Cristina: Soy adulto, ¿puedo tener TDAH?.
Esperamos que os haya gustado y servido de ayuda. No dudéis en escribirnos para consultar cualquier duda que os surja. Os animo a apuntaros a los talleres para familias que estamos preparando sobre este tema.
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